Soñé con una acequia.
El pueblo de mi viejo tiene acequias, que corren por las veredas a lo largo de la calle principal.
Sobre esa calle, está la casa de mi nono.
Me veo todavía en puntas de pie, intentando arrancar las uvas del viñedo que el viejo tenía en el fondo, y corriendo a la acequia a lavarlas, mientras metía todo mi cuerpito, y me refrescaba los piecitos. El tiempo pasaba ahí, mirando mi reflejo en esa agua transparente.
Lo lindo es que en mi mente, lo veo a mi nono, con su boina y sus alpargatas, junto a mi papá y a mi tío en el patio trasero. Comiendo salame y queso sobre la mesa que improvisaban en el aljibe.
El tío en mis sueños todavía me llama petisa.
A veces me pongo nostálgica y me agarran ganas locas de volver.
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Peras